A Whiter Shade of Pale

A Whiter Shade of Pale. Recordando a Procol Harum. 8 de Junio de 1967. Juan Calle 2012
Para ver entradas anteriores haz click en http://tertuliasfotograficas.blogspot.com/

viernes, 27 de noviembre de 2009

Julio Bittencourt. Mundos Alucinantes. Brasil.

Su trabajo personal recorre los escalones que culminan en la élite que habita en la arista del éxito de la Pirámide Social, y desciende  hasta llegar a la Masa Crítica abajo en la base, donde se nutren los millones de las sopas de miseria. El mundo de Julio es predominantemente oscuro.




Citizen.© Julio Bittencourt  

Esta visión particular de interpretar la realidad de su país, se agrupa en varios cuerpos de trabajo, algunas de estas piezas han tenido importantes reconocimientos como el Premio Fundación Conrado Wessel, el Premio  Leica Oskar Barnack, el Portafolio Pick Review de  la Fundación Aperture, El Premio III New Holland. Su clientes  Publicitarios y Corporativos se encuentran  en Brazil, Canadá, Estados Unidos, Europa y Japón,  igualmente sus imágenes han sido publicadas en National Geographic, Le Monde, Stern , Le Guardian, The British Journal of Photography entre otros.  Sus numerosas  exposiciones tanto colectivas como individuales incluyen La Fnac, Madrid, Vevre Gallery Santa Fé, USA, La Bienal de la Photographie, Paris, Recontrés D´Arles, Francia  -la lista es larga -  En el 2208 terminó su primer libro Numa Janela do Edificio Prestes Maia911. Publicado en Brazil, Reino Unido y Alemania. Sus obras se encuentran en varias colecciones privadas y publicas. 
 

 © Julio Bittencourt

Es muy de mañana acá en la montañas en Colombia. Después de una noche sin nubes, plena de estrellas, con el amanecer, tranquilas franjas de neblina aún duermen sobre el paisaje. Por la ventana del estudio observo entre las nubes que amanecen a un campesino que ordeña con esfuerzo a unas cuantas vacas. Las heladas han quemado los pastizales. La leche es escaza. Aspiro una carga del más puro aire de las alturas y vuelvo a la pantalla del computador.


Ramos. © Julio Bittencourt

En fracción de segundos aterrizo a nivel del mar. Justo en una playa de ese país donde burbujean los caldos de exquisito surrealismo. Al contrario de nuestras fantasías, el sol no acaricia con su luz el mar, la arena o las sensuales pieles. Lo que queda del éxtasis luminoso es un velo que flota en la penumbra. Una mujer carbonizada, NN, identificarla ya no importa, pedazos grumosos de una impotente crema antisolar petrificados al igual que el cuerpo. Al lado, lo que parece ser una toalla desplegada con los brazos de esperanza del Cristo Redentor ofreciendo inútilmente su protección. Nadie pensaría que las vanguardistas prácticas Cristianas, y la extremas prácticas paganas resultaran eclipsadas por las erupciones de oscuridad volcánica.


Ramos© Julio Bittencourt

Pero en las fantasías de las féminas, aquellos varones que recorren las playas de Copacabana, que exhiben sus instrumentos debajo de sugestivas tangas, son para las que llegan ansiosas de lejanas tierras los maestros en el Arte del MeteSaca. Tal vez tengan la herramienta apropiada que las transporte a las alturas donde logren dignas notas de estilo operático que acompañan las convulsiones al llegar a la cumbre, al clímax de la sinrazón. Pero no. Hay ejemplares para todos los gustos, no tan atléticos, mas barrigones y sin apretadas tangas. Es una imagen que aterriza los arquetipos que habitan en el imaginario femenino. Muy seguramente alguno de estos ofrezca el desempeño justo a la medida. 


Stela Campos. ©Julio Bittencourt

Un lugar monocromático donde ha quedado incrustada esta cantautora. Probablemente sea un espacio que tenga que ver con sus temas musicales. Pero esto es algo que ignoro. El trípode con la caja de luz se impone, define y a manera de advertencia sujeta la escena, establece un diálogo casi a la fuerza, la puerta de escape justo atrás hace difícil cualquier intento para salir del lugar. Un retrato ambiental resultado del olfato, la intuición pero con una definida intención. Como son los retratos de Bittencourt. 



Gustavo Kuerten. © Julio Bittencourt

Solo pocos brillan con luz propia. Solo algunos afinan la máquina corporal para enfrentarse así mismos, al campo de juego, al público, y al que está al otro lado de la malla. Los inmensos sacrificios, la voluntad forjada con hierro endurecido, los incontables litros, los cientos de galones de sudor no son suficientes para lograr la energía y el estado mental para anclarse en ese lugar solitario, pues allí, en ese cubículo, objeto del deseo colectivo, solo hay espacio para uno.


Prestes Maia. © Julio Bittencourt

Crecen en las periferias de grandes ciudades. Al observarlas desde la opulencia, recordamos laexistencia de ese otro lado que es vergüenza de una sociedad. Son los desechos residuales, los colaterales de un sistema económico perverso. En el Reino del Chaos reina un orden ajustado a las necesidades de un sistema subterráneo ignorado y rechazado por el establecimiento. Una forma de vida, con vida propia. Esta imagen no es solo una sucesión de planos y vistas fijas enlazados por un común denominador, es un plano secuencia – término prestado del cine - de la cotidianidad en un edificio de cambuches. De una estructura que desafía la gravedad y la propia integridad  de los inquilinos. Acostumbrados a  la realidad que aplasta, las ventanas son puertas de escape, palcos preferenciales para observar lo que pasa en la vecindad. Y donde no hay ventanas................. 

!Gracias Julio por tu interés y colaboración.

Hasta la Próxima, 


Juan Calle




No hay comentarios: